Carta abierta a las autoridades y líderes de Riberalta

Carta abierta a las autoridades y líderes de Riberalta

Autor: Willi Noack

Publicado: La Gaceta del Norte, No. 20, 1era semana de diciembre de 1992

Esta carta abierta tiene como propósito hacer reflexionar a los protagonistas y a los “gobernados” sobre una iniciativa, seguramente bien intencionada, pero que carece de pragmatismo y que, muy probablemente, tiende a fomentar el actual aislamiento de Riberalta y de las dos otras ciudades de gravitación regional: Cobija y Guyaramerín.

1. La región amazónica debe unirse para conseguir ayuda,, la solución de sus muchos problemas no se encuentra “adentro, sino “afuera”.

2. La integración debe tener entre sus características una gran visión de concepto, a lo mejor y en cierta manera supranacional, por ej. la hidroeléctrica de Cachuela Esperanza, el sistema caminero Atlántico – Pacífico, las zonas francas, los centros de capacitación, etc.

3. El diagnóstico de la situación debe hacerse con objetividad, reconociendo las fuerzas que hoy determinan la región, dejando el romanticismo a un lado: Riberalta, por. ej., ha sido el centro de gravitación en décadas pasadas, pero ha perdido su rol dinámico, mientras Guyaramerín tiene hoy un fuerte empuje. Ahora, con rango de ciudad, y promoviendo profesionalmente su proyecto “Provincia Yata”, Guayará tiene discado directo, agua potable, USAID con Caritas enlosetan las calles. Conclusión: no aceptan estar a la sombra de la capital de la provincia, buscan como objetivo el divorcio.

4. La integración estipula formas de concertar intereses, no por el liderazgo y predominio (se interpreta como prepotencia), sino como pares entre pares.

5. Los actores de la política regional que fracasaron con su política, dejando a Riberalta en un marcado aislamiento, no deben pone en riesgo el nuevo proyecto; si los mismos líderes de la fase de poca prosperidad encabezan o integran como asesores del actual movimiento, éste carecerá de credibilidad y tenderá a fracasar.

6. Los tres polos de gravitación son, sin lugar a dudas: Cobija, Guyaramerín y Riberalta; los demás pueblos no definen el futuro de la región. Si la integración falla en unir estos tres centros, fracasará el propósito.

7. Se han independizado del tradicional centro, que era Riberalta, hacen su política sin contemplar si ésta cuenta o no con la aprobación de Riberalta, siguen con sus proyectos. Lo que se precisa es un alto grado de realismo en la ponderación del peso que tiene Riberalta para hacer prevalecer su criterio y, si esta posibilidad no existe, optar por negociaciones realistas en consideración de su fuerza real.

8. Por más que los líderes de Riberalta se declaran dispuestos para negociaciones, caracterizadas por equidad, en el fondo de la mentalidad riberalteña persiste una autoestimación de ser superior, por herencia y por antigüedad. Esta actitud perjudica, pues los homólogos la presienten y la rechazan. Cada uno ve la realidad por sus anteojos, por lo tanto, cuenta el peso que tiene cada uno para hacer prevalecer su punto de vista.

9. El intento de tomar la iniciativa con la “Declaración de Cachuela Esperanza”, y después con las reuniones de los Pueblos Amazónicos en Tumichucua, comprueba lo dicho: están ausentes los otros centros de gravitación regional, léase Cobija y Guayará; por lo tanto la iniciativa no tiene el peso necesario. Es de temer que este intento, bajo el liderazgo de Riberalta, pueda generar más susceptibilidades y ampliar y profundizar la brecha, por más que las intenciones sean buenas, es la percepción de los otros dos lo que cuenta.

10. En cuanto a la estrategia y táctica es imprescindible tratar a unir a la región en una forma pragmática y no dogmática. El principal problema es la definición y concertación sobre sus objetivos. Se deben identificar los objetivos que tienen las tres poblaciones y los demás en común. Otra clase de objetivos son aquellos que tienen cada uno por su cuenta, pero que no afectan en nada a los otros, por lo tanto, pueden ser respaldados. La clase de objetivos difíciles es la que representa conflictos, ejemplo: la creación de la nueva provincia.

11. Una comisión permanente, formada por pocas personas que, por su integridad, capacidad y conocimiento técnico, (reconocidos y aceptados por todos), logre concertar intereses buscando el éxito, debe permanentemente dialogar y negociar, como pares entre pares, sin liderazgo, si todos pueden convencerse de las bondades de una actuación mancomunada, recién se pueden concertar políticas regionales.

12. Ahora, la tarea principal es el acercamiento entre los tres centros. Por más que hayan 18 pueblos unidos en una agrupación, tácitamente o “expresis verbis” liderizada por Riberalta, este logro no significaría integración; nada raro que se produzca todo lo contrario.

13. Los “logros” de las declaraciones de Cachuela Esperanza y de Tumichucua son, por lo tanto, muy relativos. En el peor de los casos sería un “accionismo” sobre los detalles, cuando las tareas principales no encuentran un tratamiento de solución. El grado de logro de los objetivos y metas priorizados que forman un sistema, a manera de una pirámide de objetivos visionarios, se evalúa y se determina por el grado de logro de los objetivos principales y no por haberse logrado objetivos secundarios, colaterales, complementarios, etc. El dinamismo y las actividades cívicas por sí ya representan un progreso, pero para que no sea accionismo (léase: actividad para demostrar acción y no por la preocupación de lograr objetivos primordiales), hay que aplicar un parámetro de comparación. Objetivo debe ser: lograr la jerarquía de los objetivos.

14. Hay mucho descuido para aplicar reglas democráticas de la imprescindible necesidad de lograr eficiencia, calidad, factibilidad, operacionalidad, rentabilidad, productividad, etc. Los representantes democráticamente elegidos en la región, carecen casi siempre del dominio de estas técnicas, de manejar la toma de decisiones a un nivel profesional, aunque no sean aficionados conforme a las normas democráticas. Este fenómeno se observa entre directores de organismos e instituciones, y es la causa de la inoperabilidad y baja eficiencia de estos entes. Los expertos deben jugar un rol importante, y sus recomendaciones deben influenciar a los que toman decisiones; los expertos no son elegidos, pero saben. Si los directores son muy ególatras, no tolerarán esta influencia y, de esta manera, se convertirán en culpables del atraso, les guste o no la afirmación.

No buscamos perjudicar un proceso de integración, sino de concienciar que las actividades emprendidas, muy probablemente, tienen efectos desintegradores por fallas en el diagnóstico básico. El camino elegido está probablemente equivocado. El futuro comprobará si esta carta, escrita con profunda preocupación, era acertada o no…

fecha: 2001-07-28 23:42:23
autor: Willi Noack

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