Los transformers

Los “transformers”

Autor: Willi Noack

Publicado: El Nuevo Día, 22.07.1998

El D.S.25.093 prohíbe la importación de Transformers y de vehículos con seis o más años de uso. Este Decreto Supremo atenta contra los intereses del país. Para justificar esta denuncia, sirven los siguientes argumentos:

1. La libre elección del producto, característica primordial del funcionamiento del libre mercado, está afectada por una intervención proteccionista administrativa, al estilo del mercantilismo. El consumidor no puede comprar lo que le gusta, lo que le conviene y, sobre todo, lo que está al alcance de su reducida capacidad financiera. Cuando la liberalización de los mercados está suprimiendo aranceles, el D.S. 25.093 es una traba administrativa que tiene el mismo efecto: obstaculizar que el consumidor se sirva de la mejor oferta del mercado mundial.

2. Bolivia es un país pobre, con bajísima capacidad de ahorro interno; el pequeño capital ahorrado apenas sirve para incursar en alguna actividad informal. Alrededor de los transformers hay una dinámica actividad mini-empresarial informal, que da trabajo a muchas familias como taxistas, transportistas, talleres mecánicos, estaciones de servicios, comercializadores de los mismos transformers y de repuestos, etc. Todas estas actividades se desarrollan al estilo mini-empresarial, dentro de la necesidad del país de crear actividad económica que genere ingresos a los hogares y combata la pobreza.

3. El cliente-pasajero urbano aprovecha de la gran competencia entre muchos taxistas, recibiendo un servicio que satisfaga al cliente, a un precio bastante económico. Los transformers hacen posible esta oferta, pues el capital inicial es bajo, la depreciación mínima y la competencia en relación a la demanda, grande. Además, sólo si el costo operativo es bajo, el ofertante puede conformarse con precios bajos. Esta situación es vital para la población de las provincias, donde el desarrollo depende en gran medida de un transporte económico y flexible, en manos de mini-empresarios dinámicos que compiten. Un ejemplo: unos 100 transformers colaboran a la población de la provincia Vallegrande; su gente vive en forma muy dispersa, conectada por caminos de muy difícil transibilidad. Son los transformers que trabajan como burros de carga y merecen el reconocimiento por su aporte al desarrollo, cargando personas y productos a precios convenientes. Sólo con los transformers, muchos de ellos “bárbaros”, que cuestan quizás 2 ó 3 mil dólares, se puede brindar este aporte al desarrollo del país. Sería interesante analizar el factor multiplicador negativa, por la prohibición del D.S. 25.093, que se sentirá con un desfase, no en seguida, pero con seguridad.

4. El Estado quiere acertadamente proteger la vida y la salud de sus ciudadanos y, por lo tanto, prohíbe la importación de vehículos arriba de los 6 años de utilización. Esta disposición es ridícula, pues de los 6 años no podemos reducir el grado de riesgo que representa un motorizado. Además, ¿qué pasa con los vehículos debidamente internados y que circulan sin problemas, teniendo una vida útil de 20 años de recorrido? ¿Será el próximo paso prohibir su circulación? Como paréntesis: con un Weapon modelo 1946, bien mantenido y conservado, hemos recorrido muchas partes del país, donde, quizás, no llegan vehículos modernos. Si el Estado quiere proteger a la población, puede decretar un seguro obligatorio, y controlar el estado mecánico de los vehículos mediante una revisión técnica, que no sea una farsa como la venta de viñetas, negocio redondo, pero una burla ridícula.

El Automóvil Club de Alemania, ADAC, con quizás 1.500.000 miembros, publica periódicamente listas de autos de todas las marcas en cuanto a frecuencias de defectos y nuestros transformers siempre salen ganando, o sea, son de alta calidad. Es más, un transformer en un país con “cultura de mantenimiento preventivo” y carreteras óptimas, no “sufre” y 6 años no significan nada en su vida útil total. Es falsa polémica, difamar a los transformers como chatarra.

¿Habrá una estadística que compruebe que los cambios técnicos en el transformer causan accidentes que justifiquen una intervención estatal? Si fuera así, sólo hay que exigir una mejor calidad del trabajo y un control técnico por parte de las compañías de seguros.

5. Bolivia necesita competitividad para su inserción en los mercados internacionales. La incidencia de los fletes en su costo de producción es alta y es una desventaja sentida. Además, no hay suficiente capacidad para invertir. Por ello, guste o no, nos sirven soluciones factibles por su baja inversión inicial, su baja depreciación, su bajo costo operativo (pese a ser auto usado), bajos impuestos, bajo punto de equilibrio, fácil reposición, y otros más. La motorización de Bolivia ha influenciado mucho en su desarrollo, gracias a la importación de vehículos usados, sin olvidarse de los vehículos de carga. ¡Que no son de tecnología de punta (emisión de gases, etc.), es lamentable!, pero sin mayor problema, pues la muy baja densidad del tráfico vehicular en Bolivia, país 3 veces más extenso que Alemania unificada, pero con sólo 10% de sus habitantes, tolera esta deficiencia sin peligro para su población.

6. Enfoque mercadeo: muy bien que existen empresas importadoras de autos nuevos, al alcance de un cierto segmento del mercado. Imprescindible, sin embargo, que haya oferta para la gran mayoría de la población que tiene sólo dos opciones: o adquirir un vehículo usado a su alcance, o el burro de antes. El D.S. 25.093 atenta contra lo motorización, vuelve el auge del burro y del carretón. ¡Viva Macondo!

fecha: 2001-07-28 23:42:23
autor: Willi Noack

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