EL ÉXITO DE SANTA CRUZ

EL ÉXITO DE SANTA CRUZ

Autor: Willi Noack

Publicado: EL NUEVO DIA 5/08/98

Según los expertos, se prevé que el departamento de Santa Cruz crecerá en 1998 en un 9% (Bolivia: 5,2%), alcanzando un 30% del PIB nacional. La región cruceña tendrá la tasa más alta de Latinoamérica. Se identifican dos pilares del crecimiento: su capacidad productiva y la llegada de grandes inversiones.

Un comentario sobre este éxito, recomienda que la consolidación del liderazgo económico debe incentivar a los cruceños a buscar los elementos fundamentales de su éxito para intentar reeditarlos en el resto del país. ¡Por supuesto que éste buenísimo pronóstico enorgullece a todos los que vivimos en Santa Cruz! Significa que la pobreza se siente en menor grado, pues hay fuentes de trabajo e ingresos en los hogares. Además, hay buenas posibilidades para hacer obras, y las recaudaciones del Municipio superan ya la coparticipación tributaria.

Pero:

1. El PIB no indica cómo se distribuye la bonanza entre los habitantes de esta afortunada tierra: es de temer que se produzca una concentración de los ingresos y de las riquezas en proporción socialmente desigual. Hay que garantizar que la sociedad sea viable en el tiempo; y eso sólo si se logra evitar que las graves desigualdades se conviertan en dinamita social. La responsabilidad de los pudientes es decisiva y, además, actúa en su propio interés. Por ejemplo: abstenerse de evadir impuestos, pues ampliar el universo de contribuyentes permite financiar obras de beneficio colectivo y crea un clima de justicia social.

2. El hecho de que la región tenga impresionantes frutos, se debe a un factor fundamental, que es la calidad de su gente, la que se distingue por una mentalidad que fomenta el desarrollo: tiene ambición de superación y, capacitándose, logra, a veces con dificultades, coordinar y concertar hacia objetivos compartidos, y hay muchas pruebas de ello. Hay que seguir por este camino, creando un clima de confianza (Fukuyama) y logrando que el interés colectivo esté por encima del interés grupal o individual.

3. Si bien Bolivia es un país unitario, de hecho hay regiones que progresan y otras que sufren un estancamiento peligroso. Debe haber solidaridad en cuanto a la nivelación de las desigualdades, quizás por el “fondo de compensación” previsto en la legislación, pero condicionado al principio de la “ayuda a la auto-ayuda”, absteniéndose de un asistencialismo que eterniza las desigualdades en vez de superarlas. Hay que seguir adelante con la descentralización del país a través de la municipalización y de la departamentalización, pues es el camino para incentivar el desarrollo. Sería favorable aumentar paulatinamente la coparticipación tributaria de los 312 municipios, del actual 20% a 40%. Falta implementar el principio de la subsidiaridad según el cual toda función del Estado debe brindarse en el nivel más bajo posible, y éste es el municipal.

4. Hay que domar el orgullo regional. “Somos un pueblo orgulloso de nuestros logros con el riesgo de caer en el empavonamiento de exagerarlos y de dar una visión distorsionada de nuestra personalidad colectiva” (Carlos Hugo Molina). Cuenta además el calificativo de región afortunada, lo que induce a mas migración, con consecuencias negativas. Santa Cruz es el motor de Bolivia, y Bolivia toda puede aprovechar de Santa Cruz, dándole más responsabilidad en la conducción del país. Las demás regiones deben analizar objetivamente las causas de fondo del progreso de esta región, reproduciéndolas con una mentalidad progresista y tomando conciencia de que de nada les sirve una actitud de perro del hortelano

5. Finalmente, no es todo oro lo que brilla. El fuerte crecimiento económico de Santa Cruz, muy anhelado e indispensable, es un medio para lograr un fin, no es “fin en sí”. Lo que buscamos todos es ser felices por no sufrir de pobreza, por tener un futuro mejor con escuelas, hospitales, servicios y viviendo en un entorno ambiental sano, en el que podemos sentirnos seguros y opinar sin temores, a nuestra manera. Este “a mi manera” incluye un ritmo de vida más tranquilo, más dedicado al cultivo de la amistad y del ocio.

El éxito en un mundo donde rige la competitividad, nos obliga a aceptar que nuestro ritmo de vida se acelerará; vienen stress, infartos cardíacos y, enfermedades sicosomáticas, otrora desconocidas en nuestra vieja Santa Cruz, típicas de las sociedades desarrolladas. Viene materialismo, vienen “valores” que son cuestionables. Este proceso ya está en marcha.

fecha: 2001-07-28 23:42:23
autor: Willi Noack

Editor: Willi Noack | Administración Técnica: Jose Carlos Choque Y. | Creatica Ltda.