¿Qué pasa con la globalización?

¿Qué pasa con la globalización?

Autor: Willi Noack

Publicado: El Nuevo Día, 30.09.1998

Actualmente prevalecen incertidumbre, temor y hasta pánico sobre el futuro del mundo globalizado. La información cotidiana nos pinta un panorama y la pregunta es: ¿Nos afectará?, ¿Cómo y en qué grado?, pensando en el efecto dominó.

La incertidumbre es veneno para el mundo de los negocios. La desconfianza y el temor a la crisis inician y refuerzan procesos que conducen a la crisis. Es oportuno contrarresta esa ola pesimista con llamamientos positivos: lo peor que puede suceder es una mentalidad de “salvase quien pueda” y recurrir a recetas de cocina que tienen a echar a perder los logros iniciales de un nuevo paradigma, iniciado con el D.S. 21.060.

La interpretación de los síntomas y causas de las diferentes crisis puede fácilmente concluir con reacciones irracionales, altamente influenciadas por emociones y preferencias, entre ellas ideológicas, pues consciente o inconscientemente tenemos que formar nuestro criterio sobre la incidencia de los hechos en nuestro futuro, si bien, como reveló un reciente sondeo de opinión, existe un estrato poblacional de un 30% en Argentina (¿y en Bolivia?) que “declara rotundamente no tener idea de qué diablos se trata de la globalización” (Clarín, 29.9.98). Entonces, ¿qué pasa con la globalización?, cuando leemos de la crisis asiática, la crisis caótica en Rusia, la caída de bolsas de valores, la discusión sobre una eventual devaluación del Real Brasileño (enfáticamente desmentida por este Gobierno), la caída de los precios de materias primas y otras malas noticias más que nos sorprenderán en el transcurso de las próximas semanas.

Debemos recordar que la palabra “globalización” tiene distintas connotaciones. Existe una globalización ideológica; una internacionalización de la economía; una regionalización de los mercados mediante la conformación de bloques y una liberación y circulación de la información, debido a los avances tecnológicos. Todos estos procesos simultáneos conforma la llamada globalización, causando consecuencias tales como el debilitamiento de los bloques tercermundistas, la influencia de la cultura y economía estadounidense en los restantes países, el surgimiento de la inestabilidad económica y laboral, la desaparición de la estabilidad ocasionada por factores ideológicos, el retroceso de la ingerencia del Estado en la economía, la limitación de la soberanía del Estado, la convergencia de los países en cuanto a sus marcos legales.

Sin embargo, se trata de una desigual carrera, sobre todo tecnológica, en la cual les bastaba a las naciones industrializadas más avanzadas lograr un volumen de ventas lo suficientemente importante como para poder trasladar sus elevados costos laborales y sociales a los mercados mundiales.

Dentro de estos cambios el punto tal vez más endeble es el sistema monetario internacional que actualmente se basa en la política monetaria discrecional de los principales bancos del mundo, quienes coordinan sus políticas monetarias en reuniones del G7, sin ninguna otra restricción que el acertado criterio de los banqueros. La reciente crisis financiera en Asia es una demostración cabal de que economías enteras quedan atrapadas en una suerte de callejón sin salida que no puede ser superada ni con las medidas de los diferentes bancos centrales, sin la ayuda proporcionada por el FMI, según opinión de entendidos. Por los salvatajes del FMI en gran escala, a Indonesia con US$ 43 mil millones y a Rusia con 22 mil millones, el FMI está virtualmente sin recursos, de manera que si otro país relevante llegaría a entrar en crisis, el FMI no podría brindarle un salvataje, a menos que obtenga recursos adicionales (el Congreso de los EE.UU. rechazó hace poco un aporte de 18 mil millones, solicitado por Clinton).

Para los países de Latinoamérica, los expertos consideran que los impactos de la crisis mundial podrían ser reducidos, debido a factores macroeconómicos favorables, tales como baja inflación, bajos niveles de déficit fiscal, las privatizaciones y reformas estructurales, sistemas bancarios saneados, superintendencias de bancos modernizados, y otros. Según esta opinión de experto, podría ser que Latinoamérica en su conjunto (al soportar el impacto sin devaluar y sin pánicos bancarios) puede ser beneficiada, pues los capitales que antes masivamente iban hacia Asia, ahora están viniendo a Latinoamérica como un destino más estable, con un entorno macroeconómico más ordenado y con buenas posibilidades de negocios. ¡A ver!

Algo queda bien establecido: Vemos un mecanismo muy aceitado para difundir una crisis regional en cuestión de meses, de un extremo del mundo al otro, aunque con efectos dispares, según los países. Es importante subrayar que la globalización en sí no es culpable de nada; es sólo un mecanismo de difusión. Son los errores de concepción e implementación de las políticas gubernamentales, las que gestan los desequilibrios en los mercados, específicamente, los errores en sus políticas monetarias, bancarias y cambiarias del Japón, de Tailandia, de Indonesia y de Corea del Sur.

El caso de Rusia demuestra que el capitalismo puro corte neoliberal norteamericano no es de pronto compatible con cualquier cultura y mentalidad y, por lo tanto, tiende a fracasar (aparte de la desmesurada corrupción (aparte de la desmesurada corrupción observada), pues no todos los pueblos del mundo viven para trabajar (¿y nosotros?)

Según el citado sondeo de Clarín, 58% de los Argentinos opina que el Estado debe intervenir en la economía para distribuir mejor la riqueza (el PGDES del actual Gobierno nuestro reconoce esta función del Estado), lo que es un alegato fuerte con la creencia de que el mercado es un instrumento sacrosanto para resolver la convivencia democrática y socialmente justa. En otras palabras, en vez del neoliberalismo salvaje existe preferencia por el modelo de la economía social de mercado.

Gracias a una investigación recientemente publicada sobre la distribución de los ingresos familiares en la ciudad de Santa Cruz, sabemos que ella si bien no es óptima, tampoco es totalmente inaceptable, lo que, quizás, explica el no acatamiento por parte de los cruceños a los paros decretados por la COB.

Finalizando y retomando la pregunta sobre nuestro futuro en un mundo alarmado por la crisis, cuando muchos tienen un resfrío, algunos corren el riesgo de sufrir de una pulmonía peligrosa o letal, y otros se contagian ligeramente. Mucho depende de tomar la medicina bien dosificada en el momento oportuno para prevenir lo peor. Quizás conviene mirar con lentes distintos a ciertos instrumentos intervensionistas que no son bien vistos por los neoliberales ortodoxos. Debemos tomar nota que expertos rusos califican de bastante negativas las recomendaciones radicales de los profetas del neoliberalismo puro, entre ellos Jeffrey Sachs, como informó la revista “Der Spiegel”.

En este contexto es oportuno recordar que algunos países que predican la abolición de subvenciones, no tienen problema de principio alguno para subvencionar masivamente pero ejemplo su propio sector agropecuario.¿Qué tal?

Dos circunstancias domésticas, además, reducen la amenaza global: la importancia de nuestra economía informa, y el hecho de que Bolivia es (todavía) un jugador global “michi” – en términos comparativos – con los tigres, de los cuales algunos, por el momento, han perdido sus dientes.

fecha: 2001-07-28 23:42:23
autor: Willi Noack

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