Confianza

Confianza

Autor: Willi Noack

Publicado: EL NUEVO DIA 7/10/98

La amenaza de la crisis mundial tiene por lo menos, dos orígenes: Por un lado, el “capital golondrina” que, por su elevadísimo volumen y velocidad de relámpago puede derribar monedas sobrevaluadas como el Baht, la Rupia, o el Real, aunque la fulminante victoria de Cardoso (56% de los votos) reduce el riesgo de devaluación e incrementa la confianza en la moneda brasileña y, por otro, una crisis conceptual latente que es el choque entre el capitalismo salvaje con el capitalismo socialmente responsable.

La especulación es propia del capitalismo salvaje, la cual evidencia las grandes incoherencias e injusticias sociales del modelo. Lo que se precisa es un consenso para reducir prudentemente las libertades del mercado (en la realidad, convertidas en libertinajes), para impedir que unos pocos jueguen a la ruleta rusa, pues no es aceptable que un puñado de gente se enriquezca con ganancias especulativas de miles de millones (o pierdan, a veces, por su codicia) cuando las poblaciones de países enteros son sus víctimas indefensas. No es tolerable que se utilice la libertad para generar tanto sufrimiento humano, mientras los especuladores actúan inmoralmente y con cinismo.

El jefe del Gobierno de Malasia optó por permitir en su país menos libertad de mercado y más protección de su economía, una medida de doble filo.

Después de un elogio casi unánime del neoliberalismo durante más de una década, transportado a la mayoría de los países en una divulgación globalizada, empieza, por fin, un cuestionamiento a la fe ciega en el paradigma de que no hay mecanismo mejor que él del mercado. Siempre hemos denunciado el concepto, advirtiendo que la competencia irrestricta es buena para los buenos pera es una carrera desigual, algo que los buenos saben pero niegan, pues el concepto les conviene.

Parece que la amenaza de una crisis mundial sirve para buscar mecanismos que se basan en la solidaridad internacional, para actuar con responsabilidad social mediante políticas reglamentarias y, quizás, intervencionistas. En este contexto puede tener importancia la elección de un socialdemócrata a la jefatura del gobierno alemán, con lo que ya son 14 de 15 los gobiernos europeos en ejercicio de corte socialdemócrata.

Aparte de originarse en una concepción exagerada del liberalismo, la crisis se debe a errores imperdonables en su implementación. Ojalá siempre se sepa distinguir entre las fallas endémicas del concepto y, por otro lado, las graves fallas en la implementación de un modelo, considerado el menos defectuoso de todos los experimentados. En estos tiempos difíciles a los medios masivos de comunicación social les corresponde la responsabilidad de evitar difundir con preferencia las malas noticias; más bien deben crear confianza en los mecanismos que permitan controlar las causas de la crisis. Confianza es una palabra clave en estos momentos críticos, pues el dinero vale tanto como la gente cree que vale. Preocupa la reciente fuga de $us 30 mil milllones del Brasil, pero inspira esperanza el compromiso internacional de no permitir el colapso de Latinoamérica.

Otro peligro latente es el egoísmo nacional de resolver problemas a costa del vecino (“beggar-my-neighbour-policy”), cuando la solución debe resultar de la solidaridad del conjunto. Bajo este enfoque, la medida de Malasia pertenece a la caja de herramientas económicas de ayer. Sea como sea, hoy hay una creciente conciencia que el credo del “Laissez faire, Laissez passer”, en su versión ortodoxa, no es viable para un mundo compuesto por competidores en diferentes fases de desarrollo y, por tanto, en diferentes grados de competitividad. Deben crearse reglas consensuadas mancomunadamente (ejemplo: AMI), que eviten los abusos de la Ley de la Selva. Por ejemplo, el “dumping” (del inglés “to dump” , depositar basura), vender la producción en el exterior a precios tan bajos que cubren apenas los muy bajos costos directos, con el efecto de matar la producción nacional de los países con industrias menos automatizadas. Como esta derrota de la incipiente producción nacional no es aceptable, puede renacer un proteccionismo recién superado. Protección y subvención de la industria nacional son diametralmente opuestas al libre mercado internacional pero, como freno de emergencia, pueden justificarse temporalmente: Malasia encontró la comprensión de algunos analistas.

En resumen: La amenaza de la crisis revela un dilema y es que la exagerada libertad en los mercados, donde teóricamente se establecen equilibrios, en la cruda realidad no funciona como se esperaba, y una ilimitada libertad representa una invitación permanente al fuerte a vencer al débil para beneficiarse económicamente sin medir las consecuencias sociales. Los líderes de la comunidad internacional, por fin, están trabajando con la celeridad y determinación para resolver la situación, y se suman noticias que ellos están yendo por buen camino. Tengamos confianza.

fecha: 2001-07-28 23:42:23
autor: Willi Noack

Editor: Willi Noack | Administración Técnica: Jose Carlos Choque Y. | Creatica Ltda.