Celulares

Celulares

Autor: Willi Noack

Publicado: El Nuevo Día, 11.3.1999

Casi siempre y casi en todas las partes urbanas, el usuario de un celular está comunicado para hacer o recibir llamadas, lo que significa un gran logro y, a veces, tiene sus desventajas, como aquel famoso chiste que supongo. que Ud. lo conoce y por lo tanto, no hace falta repetirlo.

La desventaja o molestia, sin embargo, es controlable: si uno no quiere ser interrumpido en alguna actividad, se apaga o recibe el mensaje sin obligación a contestar al instante, para evitar “stress”, tensiones o trastornos mentales. Exige algo de disciplina del usuario y controlar su curiosidad de saber quién está llamando.

El servicio, sin duda, es un logro importante, un progreso, además con carácter social por estar al alcance de amplios estratos de la población y para muchos una herramienta imprescindible de trabajo, que permite realizar negocios que dependen de estar siempre comunicado: es un ejemplo de cómo en la vida real existe acceso equitativo a las oportunidades. Otro factor importante es la seguridad mejorada cuando alguien en la noche anda solo en el auto y éste deja de funcionar, o cuando ocurre un accidente. El ejemplo de una promoción eficaz es el letrero en un coche, que está en venta indicando el número del celular del vendedor, para ser contactado de inmediato, si existiera el interés por parte de una persona que le ve manejando.

El caso de los celulares nos demuestra la importancia de otro principio fundamental del orden económico del libre mercado: la competencia. Si funciona bien, tiende a favorecer al consumidor, pues tiende a reducir costos de operación y gastos para la adquisición de bienes, a tal extremo que el aparato se regala sólo para garantizar la venta lucrativa del servicio. Dicen que Rockefeller regaló lámparas de kerosene para aumentar su venta de nafta.

El celular compensa en gran medida una mala costumbre no muy compatible con las exigencias de manejar con eficiencia el tiempo, y es la “hora boliviana”. Gracias al celular es menos perjudicial no acatar con rigor la puntualidad y se puede salvar una cita, pese al atraso, muchas veces también causado por imprevistas, tales como el congestionamiento del tráfico vehicular.

El celular es un requisito ineludible ara la camotera de la juventud, donde tiene todavía, además, la fuerza de un símbolo de status, lo que, en tiempos pasados, era la honda. Ojo, dicen que se pueden pinchar las comunicaciones y los suspiros de pasión pueden ser escuchados por personas no autorizadas.

El celular está acelerando nuestro ritmo de vida. Cuando antes sobraba tiempo, hoy en día los compromiso,, dictan nuestra repartición del tiempo, y así lo exige la necesidad de ser competitivos. Pero, a la vez, significa el “progreso” decir adiós a los tiempos tranquilos de la contemplación y del ocio dedicados a cultivar las relaciones con la gente querida. Es el alto costo que cobra la vida moderna.

Por lo tanto, es muy probable que siga la proliferación de los teléfonos celulares.

Sería por otra parte muy necesario que pronto haya más oportunidades para tener acceso a Internet con el correo electrónico, pues representa el acceso a las informaciones del mundo sabiendo que la información constituye un factor productivo cada vez más decisivo para el desarrollo.

fecha: 2001-07-28 23:42:23
autor: Willi Noack

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