Manejando la crisis

Manejando la crisis

Autor: Willi Noack

Publicado: El Nuevo Día, 24.03.99

Una crisis que golpea fuerte, siempre representa una prueba de fuego para una convic-ción, pues, bienvenido el éxito que procura un concepto, pero, ¡abajo con el mismo concepto cuando no continúan los años de las vacas gordas, que son el 10, 12 o más por ciento de crecimiento económico anual regional, lo que representa un éxito inaudito también a nivel mundial. Este crecimiento se debe a una economía social de libre mercado que rige en el país desde hace 14 años, y que ha producido índices de desa-rrollo humano espectaculares, por lo menos en Santa Cruz, pese a resistencias múlti-ples que perjudicaron una consecuente implementación y aplicación del orden que, por lo tanto, probablemente hubiera podido resultar aún más favorable. Este éxito se basa en el aprovechamiento de factores tangibles (tierras fértiles, clima apto, ubicación geográfico), pero principalmente en factores intangibles, como la capacidad de la gente que explota, industrializa, comercializa con crecientes logros la materia prima en mer-cados internacionales. El “factor Recursos Humanos”, sin duda alguna, es el decisivo para explicar la dinámica cruceña.

Modelos anteriores de corte mercantilista o de economía dirigida, nunca lograron des-encadenar tanto progreso, que llegó a muchos hogares, si bien implica una componente concentradora. Estos modelos se caracterizan por el intervencionismo del Estado, que mata la libre iniciativa que es el motor poderoso del crecimiento económico, mediante aranceles, autorizaciones y prohibiciones, siendo el proteccionismo una herramienta clave, creando una situación de competencia desperfecta, que favorece a pocos privile-giados en desmedro de la gran masa de la población. Se estila citar como prueba, la bancarrota de los países que se dotaron de este modelo.

En cambio, el libre acceso al mercado y la competencia entre los ofertantes es la invita-ción de desempeñarse sin mayores trabas para triunfar como pequeño, mediano o gran empresario o empleado en empresas prósperas por lograr altos niveles de productividad y, por lo tanto, competitividad comparativa internacional. Es importante insistir que el otrora orden mercantilista es muy atractivo para los que tienen acceso a lugares donde se reparten recursos financieros, licencia de funcionamiento, “cupos” de importación que sobresaltan las barreras de la protección, etc., y eso con más razón cuando los privilegiados comparan esta situación histórica de la ganancia fácil con la actual lucha en mercados combatidos internacionales, donde sólo los mejores ganan.

Con esta introducción se pretende conscientizarnos de las virtudes de un exitoso modelo que representa la plataforma para seguir avanzando pese a la crisis que nos sacuda a todos en la región, si bien en diferentes grados, y en forma directa o indirecta. Analizando las causas, es necesario distinguir las causas estructurales, básicamente una inadecuada implementación del modelo, que se agrava por aparecer causas coyun-turales tales como el clima, el efecto “samba”, consecuencia de los efectos asiáticos y rusos. La crisis coyuntural que es pasajera, con crueldad hace manifiesto las deficien-cias estructurales que sólo en época de bonanza “desaparecen” o son amortiguadas. Una situación adversa estructural es la falta de capital, pues la regla de hierro exige que inversiones con lenta recuperación deben ser financiadas con capital disponible durante la duración de esta inversión. Según expertos, es el cáncer y el pecado letal de empre-sas y economías nacionales violar esta regla o suspender la práctica de reprogramar deudas de corto plazo mediante un tácito acuerdo, convirtiendo de hecho dinero en capital. Hay que reconocer el derecho moral a la continuidad de una costumbre finan-ciera.

Las medidas de enfrentar la actual crisis deben ser compatibles con el orden de la economía social de mercado, absteniéndose de recetas mercantilistas, además deben ser factibles tomando en cuenta la realidad actual del país que descarta medidas teóri-camente viables, pero dada esta realidad, sin efecto. Se deben resolver causas estruc-turales. Se debe aplicar medicina ahora y en dosis correcta, para corregir la crisis coyuntural, que no originan reacciones de los países afectados, caso contrario, se inicia un remolino.

Están en el tapete 56 propuestas de la FEP de Santa Cruz, y los 4 postulados de la CAO, representando el sector más afectado del cual depende en gran medida el futuro de nuestra región. Hay que intervenir para prevenir al caos, pero con instrumentos condicionados y de temporal vigor, que no atentan contra los principios de la libre economía. Y hay que resistir contra cualquier intento de conseguir ventajas no justifica-das (“windfall-profits”), utilizando la actual crisis hábilmente.

Finalmente:

Ojalá que se tomen decisiones en un clima de racionalidad, orientado por expertos en macro-economía, dominando los sentimientos justificados de miedo, angustia, deses-peración, para que no sean aprobadas medidas populachas que tienen efectos colaterales altamente peligrosos, lo que saben los expertos en la materia, pero no las congregaciones de gente furiosa, que sólo entiende que su existencia está amenazada. Pasada la amenaza, vuelven las vacas gordas. A las altas ganancias que el modelo permite lograr, corresponden momentos difíciles; no es socialmente justo privatizar las altas ganancias, pero socializar las pérdidas, sería una inadecuada interpretación del concepto de solidaridad.

Que los tomadores de decisiones sean conscientes de que asumen una responsabili-dad de trascendental importancia, con vista al futuro del país.

fecha: 2001-07-28 23:42:23
autor: Willi Noack

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