Por la vía de la economía

Por la vía de la economía

Autor: Willi Noack

Publicado: El Nuevo Día, 18.08.1999

El titular “Chile propone profundizar más el intercambio comercial con Bolivia” (El Deber 15.08.99), invita a hacer algunas reflexiones. Conviene echar una mirada a Europa después de la Segunda Guerra Mundial. Las acciones hostiles terminaron en mayo de 1945 y formalmente fue declarado por terminado el estado de guerra en julio de 1951 por parte de Gran Bretaña, de Francia y de los EE.UU., y en enero de 1955 por la URSS.

Sin embargo, ya en 1952, Bélgica, Francia, Italia, Luxemburgo y los Países Bajos con Alemania constituyeron la primera organización para fomentar los sectores carbón y acero, y en 1957 fue creada la CEE, que en febrero 1992, se convirtió en la Unión Europea.

¿Qué tiene eso que ver con el título citado? Siempre, guardando la distancia de dos “casos” diferentes, ¡mucho!

Entre Alemania y Francia habían guerra en 1870/71, de 1914 a 1918 y de 1939 a 1945, dejando heridas muy profundas y frescas, con millones de víctimas en ambos lados. Durante décadas se sembró y abonó el odio, en un clima de chauvinismo, que es la exaltación desmesurada de lo nacional frente a lo extranjero. ¡Inolvidable encuentro entre los nos arquitectos europeos, Konrad Adenauer y Charles de Gaulle, quienes, con visión construyeron Europa con la amistad franco-alemana! Desde un principió ha sido la meta final la unión política de Europa. Para estos grandes hombres de Estado y otros que apoyaron su política, ni la última guerra que dejó un saldo de 50 millones de muertos en total, ni los chauvinistas indoctrinados por doquier, tampoco el corto tiempo que había pasado, representaron obstáculos para iniciar una cruzada de reconstruir Europa en paz, democracia y bienestar.

El vehículo principal era entonces la economía, por supuesto flanqueado por importantes iniciativas de producir el acercamiento de los pueblos para superar erradicar el odio, el rechazo los y prejuicios que, al persistir, hubieran sido el humus para futuras guerras. En vez de hablar de “culpa”, sé habló de una “tragedia”. Pocos países vecinos del mundo tenían tanta tradición en detestarse mutuamente como Alemania y Francia.

Hoy, el contexto internacional se caracteriza por la abolición de fronteras, donde el Estado soberano nacional, en muchas regiones del mundo, pierde su rango (la UE está conformada por 15 países, cada uno renunciando paulatinamente a partes de su soberanía en pro de un “Gobierno Europeo”). Eso no quiere decir que el nacionalismo haya desaparecido, ver Serbia.

Hoy muchos países del Mundo participan en el comercio mundializado, donde gigantescas empresas operan sin importar fronteras nacionales, y donde hay el chance de lograr niveles de bonanza, si se logra controlar los excesos de esta proliferación del capitalismo desenfrenado, sobre todo repartir las bonanzas inter e intranacionalmente de manera equitativa, socialmente justo (¿Quién se atreve a definirlo?) En el largo transcurrido de la historia entre vecinos han ocurrido tiempos de atrocidades, pero muchos hacen grandes esfuerzos de aplicar el “borrón y cuenta nueva”, para el beneficio compartido. Gana gana.

Citando el artículo que inspira este comentario: “Las relaciones diplomáticas están subordinadas a las económicas entre Bolivia y Chile”, afirmación que fue subrayada por el Gobierno boliviano (¿Cómo? El Gobierno representa la diplomacia… ¡qué milagro! ) y, como es de esperar, por altos representantes bolivianos del mundo de los negocios, a sabiendas de que empresarios chilenos invirtieron 400 millones de dólares en Bolivia y considerando que el intercambio comercial es lucrativo para ambos lados. Vale añadir que muchos bolivianos estudian en Chile, pasan sus vacaciones allá y tienen cordiales lazos de amistad. Bajo ningún punto de vista esta relación binacional se puede comparar con la europea de la posguerra.

Si existe la fuerza normativa de los hechos, es hora de adecuar ciertas normas a la realidad de los hechos e iniciar una nueva fase de relaciones con sentido práctico que permita construir y superar el status quo.

Hay esperanzas que los hechos que hablen por sí mismos, produzcan cambios entre los líderes, pues de los hombres de tala de Adenauer y de Gaulle depende.

fecha: 2001-07-28 23:42:23
autor: Willi Noack

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