Gabriela Azurduy

Gabriela Azurduy

Autor: Willi Noack

Publicado: El Nuevo Día, 06.06.01

Me impresionan mujeres como Juana Azurduy y Gabriela Ichaso.

La primera por su lucha por la independencia. La segunda por su lucha por más y mejor democracia.

Defender a una concejala que hace sus tareas, que demuestra el respeto al soberano que es el pueblo, y que demuestra con pruebas palpables lo que anda y lo que definitivamente no anda, es un deber, para respaldarla públicamente y agradecerla por este compromiso. A la vez es buen momento para reconocer que ni por descuido es permisible hablar en términos generales de la “clase política”, pues hay gente idónea que desmienta esta generalización.

Ahora bien, hacer este pronunciamiento provoca la denuncia de parcialización con una militante de un determinado partido politico. Nada más equivocada esta acusación. ¡No tienen idea cuánto me gustaría escribir un elogio sobre nuestro alcalde si fuera eficiente, eficáz, respetuoso de las leyes, etc! Sé que en privado opina la gente, pero ¿públicamente? El método probo para desviar un debate sobre el contenido de una critica es la difamación del criticón. Si el ministro MacLean manejara el tema del Diálogo Nacional imparcialmente, seria una alegría digna para otro elogio. Entonces, vaya una eventual difamación de haberse “vendido”. ¿Cómo dijo Abaroa?

¿Por qué el laudatio a Gabriela Ichaso?

Como analista técnico me impresiona el dominio de la materia que ostenta un fiscalizador del ejecutivo, ofreciendo pruebas palpables, y en base de la ley. De esta manera es fácil comprobar si es o no es verdad lo que dice un fiscalizador, pues basta leer la ley.

El drama y escándalo es que los argumentos tan pesados que Ichaso presenta no conllevan a consecuencias. Es óbvio, que una democracia jóven, que permite atropellos de la magnitud denunciada por la fiscalizadora Ichaso está enferma. No se curan estos males con tranquilizantes, si no con terapia intensiva. Estoy convencido que la modalidad de la elección de las autoridades es en mayor grado la causa de fondo de esta situacion intolerable.

El “control social”, la supuesta panacea par resolver irregularidades, es una farsa, por lo menos en el caso de la ciudad de Santa Cruz. Dicen que en pueblos de poca población funciona, ver para creer, y lo poco que he visto me hace dificil confiar en el “control social”. ¡Qué sea complementario, pero nunca puede sustituir una minuciosa fiscalización rigurosa, como la puede hacer un concejal, si existiera una separación efectiva de los poderes.

Triste el papel del “cuarto poder”, que en su mayoría concentra su interés en superficialidades, pero no en lo esencial. El documento que Gabriela Ichaso presentó debe ser difundido, para despertar a todos por lo que succede en nuestra ciudad.

Parece que es cierto que el pueblo tiene el gobierno que merece. Váyanse , no basta el “carisma” y similares atributos “imprescindibles” para una autoridad. Lo que realmente cuenta a la hora de la verdad es la calidad del manejo como buen gerente general de una empresa, que maneja anualmente unos 100 millones de dólares, para producir los servicios que la población necesita, con los costos más bajos posibles, y con calidad que satisface la demanda. Nos debe despertar el hecho de que el proyecto de alivio a la pobreza (PAP) sabe construir aulas, canchas y demás infraestructura a la mitad del costo de la alcaldía. Estas situaciones que causan la protesta en privado deben ser discutido a gritos en público.

Saliendo del ámbito del parlamento de la ciudad, y mirando el parlamento de la nación, ¿dónde están los padres y las madres de la patria que representan al pueblo de tal forma que éste concibe una genuina representaci;on de sus intereses?

Necesitamos reformas de fondo, y no una distracción mediante la pelea quién recibe algo más o algo menos de la torta.

fecha: 2001-07-28 23:42:23
autor: Willi Noack

Editor: Willi Noack | Administración Técnica: Jose Carlos Choque Y. | Creatica Ltda.