¡QUIEN AGREDE AL BENI HIERE A SANTA CRUZ!

 

¡QUIEN AGREDE AL BENI HIERE A SANTA CRUZ!

Autor: Carlos Dabdoub Arrien

Publicado: Santa Cruz, 26 de junio de 2001

 

Me parece muy oportuno que la nutrida comunidad afincada en nuestra ciudad tome la iniciativa de explicar a las instituciones cruceñas los aspectos concernientes al litigio de límites que aún mantienen Beni con Cochabamba. La reunión será en el Comité pro Santa Cruz, quien como organización tutelar de nuestro departamento, debería manifestarse plenamente en favor del Beni por muchas razones. En este sentido, considero necesario retrotraer a la memoria la posición del ente cívico cruceño expresada en el Tricentenario de la fundación de Trinidad de 1986 y en el “Compromiso para la unión y el desarrollo de tres pueblos hermanos”, firmado el 19 de febrero de 1988 en el puente sobre el río San Pablo, bautizado con el nombre de “El Junte”. Ratificando nuevamente aquel firme sentimiento, transcribo sólo algunos párrafos de dichos sucesos.

Primero, durante la visita a la capital beniana, expresamos “lo que ya es un designio histórico: la hermandad de nuestros pueblos y el profundo afecto en cada corazón y hogar cruceño hay por el beniano, al que sentimos como carne de nuestra carne, como hermano verdadero de sangre y cultura..” “Y de pueblo a pueblo, le decimos ahora de una vez para siempre, para que escuchen los siglos que reafirmamos todo aquello que nos une, nos unió ayer y nos unirá mañana…”. “En este Oriente de nuestros mayores y nuestros hijos, no habrá nada, por imponderable que fuese, que logre establecer diferencia entre nosotros, porque por encima de todo hay una unidad común, con su historia, sus tradiciones, costumbres y modo de vida, que nos distingue y acompaña en el tiempo”. “Este Beni es selva y pampa como nosotros, pero ante todo es pueblo que sabe labrar su destino”. “Propugnamos que nuestro desarrollo sea el desarrollo de todos los pueblos orientales, siempre postergados centenariamente por un centralismo obsoleto, que continúa poniendo trabas al empeño de desenvolvernos de acuerdo a nuestro modo de ser e idiosincrasia”. “Por eso estamos aquí los cruceños, al lado de los hermanos del Beni, para decirles que en la lucha contra el olvido, contra la desesperanza, estaremos a su lado por encima de cualquier circunstancia y de todos los problemas que pudieran presentarse, porque también nosotros somos Trinidad, también nosotros somos el Beni…”.

“Venimos pues, hermanos del Beni, a dar y buscar la unidad por una misma causa, en momentos en que la República suma sus problemas para hacerlos conciencia… Por eso benianos, ahora más que nunca, pensamos que nuestra obligación es construir un mismo porvenir para nuestros pueblos, cuya esencia regional sea la solidaridad que se acrecienta en los momentos de crisis. Tal vea nuestros adversarios, sin quererlo, han logrado con sus trabas y su centralismo imperial hacernos por fin conscientes de la necesidad de nuestra unión”. “Por todo esto, la visita del Comité pro Santa Cruz manifiesta el compromiso con los hermanos del Beni, secularmente olvidados y relegados. No cabe a nadie que no sean nuestros pueblos, dar lecciones o señalar caminos. Nos toca por sobre todas las cosas apoyarnos; y aunque nuestras decisiones quizás difieran en su forma, nuestra vocación de unidad es la misma y nos juntaremos en las horas aciagas. ¡Que se sepa también que si alguien agrede, pone trabas al progreso del Beni está contra el Beni, agrede, pone trabas y está contra Santa Cruz”!. “Y bajo este sol y este cielo que nos une, ante el rostro de este pueblo hermano, quiero entregar al pueblo trinitario nuestra bandera verde, blanco y verde, creada por un cruceño que vivió en el Beni, y desde esta tierra y de la nuestra copió los colores que la componen. Ella será la presencia permanente y fraterna de Santa Cruz en esta Trinidad de Mojos, Trinidad de Paitití, en esta Trinidad tricentenaria”.

Por último, cuando aquel viernes 19 de febrero (1988) se rubricó el compromiso entre Beni, Pando y Santa Cruz, dejamos bien en claro que “deberán ser los hombres de este horizonte los que manejen el timón de su propio destino. La patria boliviana debe reconocer el derecho a la autodeterminación de sus regiones, las cuales mejor integradas y sin ser avasalladas, darán más vitalidad al nuevo Estado. Este sentimiento profundo es el que se respira desde Cobija, Riberalta, Guayaramerín o Trinidad, hasta Santa Cruz, Charagua o Yacuiba”. “El documento que hoy suscribimos… tiene que ver con nuestro compromiso moral de raza y cultura; de sangre e idiosincrasia; y es que en una palabra, somos pueblos con una misma historia … Que nuestros hijos sientan el gozo de ser libres en su tierra, hoy subyugada por un poder central que nos ha convertido en una colonia interna… Debemos ser optimistas respecto al mañana, porque guardamos en las fibras más sensibles de nuestro espíritu, la esperanza de un amanecer forjados de ilusiones que irradie una patria descentralizada con autonomía de sus regiones”. “El grito silencioso y angustiado de nuestra desesperación secular, ahora retumba en lo ancho de la geografía de la llanura, y la fuerza de tres pueblos juntos como una nación hará retemblar la vetusta armazón del estado boliviano, para… encarar por fin la construcción de la nueva República, de la Bolivia joven que queremos crear”.

El Memorándum del Movimiento Autonomista “Nación Camba” del 14 de febrero último en una de sus partes expresa lo siguiente: “entendemos a nuestro extenso territorio como la patria común de todos los cambas; es indivisible y se extiende hasta donde llega nuestra cultura. Constituye la base material de nuestro poder nacional”, por tanto, el apoyo militante al Beni cuando reclama sus derechos, no precisa mayores argumentos históricos, geográficos, cartográficos, etnográficos o jurídicos.

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