Declaración de Racismo – Ovidio Roca – 23.9.2010

“el camba nace donde quiere, en Potosí o en Alemania.” (Gracias Ovidio)

Yo me críe en el campo, mi padre tenía estancias en Santa Cruz y en el Beni, nosotros éramos carayanas porque éramos más blancos, los más negros eran cambas y los hijos de los cambas eran cunumis. A pesar de los colores, todos comíamos lo mismo y en la misma mesa en el alar de la casa, que tenía como treinta sillas. A veces se llenaba con la gente que pasaba, que como era costumbre bajaban del caballo y el carretón, saludaba y si estábamos comiendo se sentaba también a la mesa y comentaban las nuevas del pueblo. Se le echaba mas agua al locro o si se había carneado se metía un nuevo pacumuto a las brasas, yucas habían siempre.

En las noches la cunumisada se reunía en la oscurana a escuchar cuentos de miedo que esos cambas de antes sabían tan bien relatar, luego temblando de miedo todos nos íbamos a la cama a taparnos cabeza y todo. No había escuela cercana y mi madre nos enseñaba a todos a leer, escribir y las tablas que las cantábamos a coro.

Cuando nos vinimos al pueblo (para que estudie en el Colegio Seminario donde entre a segundo primaria porque ya sabia leer), este terminaba al sur en el Colegio Nacional, al Norte en el Arenal y por el Oeste poco mas allá de la Iglesia de la Merced donde empezaban unas barrancas y mas abajo estaba la curtiembre de Lino Banegas. Al Este, poco más allá del Tambo Hondo, empezaban las quintas. Allí cerca mi abuelo tenía una quinta que quedaba lejísimos (Avenida Irala y Cochabamba).

Con los puebleros me ilustre en lo que ahora se llama racismo y aprendí que: el que es negro es camba y nada de quemadito por el sol, también que se dice: morena de labios gruesos, para no decir camba jetona.

En esa época (años 50) había en la ciudad de Santa Cruz poco más de 50 mil habitantes y recuerdo que en mi barrio (Calle Chuquisaca) de la Capilla había solo dos collas, el colla Montaño y el que luego fue mi suegro Chavo Urioste, de la Radio Electra.

Al lado Norte de la Plaza estaba el Mercado Viejo, allí se veía a las cambas vendiendo yucas, maíz, ambaibas y horneau. En esa época empezaron a llegar los collas. Estos tenían sus camiones grandes y de ahí se bajaban las cholas con pollera que eran consumadas comerciantes y en forma agresiva corrían a las cambas de sus ventitas de tablillas de motojobobo y naranja agria. La provisión y variedad de productos, por su vinculación con los camioneros hizo que las cholas se apoderen del mercado y los collas del transporte. Hoy solo queda como un relicto camba el Mercado Nuevo. El resquemor del pueblo con los collas empezó porque estos más competitivos expulsaron a los cambas de los mercados y del trasporte.

Sabemos que la discriminación es un mecanismo que se usa para evitar la competencia y utiliza rasgos diferenciables, tipo racial, religión, origen nacional, lengua, etc. para excluir o lograr la explotación del otro. La descodificación del genoma nos enseña que poco nos diferenciamos de los gusanos y nada entre los humanos, así es que el tema del racismo es y ha sido siempre económico y político, esto último entendido como un mecanismo para agrupar a la masa y usarla para ejercer dominio sobre el circunstancial opositor, como se lo hace en la actualidad.

Han pasado sesenta años y tenemos mas de un millón y medio de habitantes que vinieron de todos lados, hay en Santa Cruz mas benianos que en Trinidad, y mas cochabambinos que en la ciudad de Cochabamba y así por delante. Cambas, collas, chapacos, croatas, turcos,  menonos, brasileros, etc forman ese melting pot, esa olla donde se cuece el locro nacional.

El termino camba de peyorativo paso a ser el denominativo orgulloso, el gentilicio de los cruceños y orientales. Las cambas jetonas, mediante un activo mestizaje creo ese tipo oriental de belleza que se luce orgullosamente (quizá en exceso), por todos lados. Surgen magnificas de todos los pueblos y barrios, mujeres hermosas, espigadas, de labios gruesos, con los rasgos del exotismo mestizo

En este proceso lo importante es que en el oriente se ha asumido la cultura global sin perder su identidad regional (aunque sea un poco pueblerina) y  se asumió la cambitud como una pertenencia regional, mejorando la autoestima, y asumiéndola como una actitud de mente positiva y libre, donde cambas somos todos los que queremos a Santa Cruz y como se dice: el camba nace donde quiere, en Potosí o en Alemania.

Enviado por el autor ovidio roca avila [ovidroc@hotmail.com]

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